El sonido del mundo al caer

De Joaquín Segura

Curaduría Inbal Miller y Edgar Alejandro Hernández

Museo de la Ciudad de Querétaro, del 14 de febrero al 15 de mayo de 2022.

 


Podrán decir, como se ha dicho en otras ocasiones, que se hicieron desaparecer los cadáveres, que se sepultaron clandestinamente, se incineraron. Eso es fácil. No es fácil hacerlo impunemente, pero es fácil hacerlo.

Gustavo Díaz Ordaz

(Presidente de México, 1964-1970)

 


Importa tanto lo que se dice como lo que se calla. Esta máxima nos la han enseñado una y otra vez los poetas, pero en realidad el silencio es una de las herramientas mas eficientes para acentuar y darle gravedad a cualquier argumento. Cuando el lenguaje se aborda desde sus cualidades plásticas, la cancelación y la anulación pierden su carácter utilitario para convertirse en una luz que señala y magnifica operaciones de dominación y poder dentro de la sociedad.


 

La cancelación y el borramiento ha sido una estrategia que Joaquín Segura (Ciudad de México, 1980) retoma para crea una narrativa visual que adquiere su mayor eficacia al acentuar los vacíos y ausencias que el artista detecta o bien genera en documentos y publicaciones de una fuerte carga política o ideológica.


 

Desde hace dos décadas, Segura ha trabajado a partir de este mutismo institucionalizado, de estos borramientos que la sociedad consume sin poner muchas veces atención en su potencial político. Lo que interesa al artista es crear una narrativa a partir de este lenguaje cifrado para construir desde ahí su propia narrativa llena de ficción y realidad, de historia del poder y de teorías de la conspiración, de ideologías desgastadas y de relaciones humanas consumidas por un pragmatismo asfixiante.


 

Cuando se hizo público el expediente de más de mil hojas del general Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa Nacional durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, el artista retomó el relato de su captura en Estados Unidos y exoneración por intermediación de la Fiscalía mexicana, ya que el documento se convirtió en una ilegible geografía de marcas y tachaduras que textualmente no dicen mucho, pero que visualmente sintetizan esta lengua franca del poder llamada censura.


 

En otro registro, el dibujo mural se vuelve el medio ideal que encontró el artista para registrar con la punta de balas de diferentes calibres la densidad y peso de aquellas zonas o regiones que han sido marcadas por la violencia criminal o institucionalizada.


 

Segura visibiliza, con toda su materialidad, las profundas contradicciones que tienen las versiones oficiales al momento de intentar justificar los recurrentes episodios de desaparición forzada. Reúne en una instalación de sitio específico, que para el artista es en realidad el retrato de un cuerpo anónimo, la cantidad exacta de materiales necesarios para reducir un cuerpo humano a cenizas en un entorno de campo abierto, alcanzando una temperatura entre 1425/1540 grados centígrados. Las cantidades de madera, hule y combustible utilizadas en este trabajo se determinaron de acuerdo con diversos informes de equipos independientes de investigación forense.


 

El artista interviene objetos y documentos que han mutado su valor simbólico dentro de la sociedad. Mantas utilizadas en marchas, aditamentos desplegados dentro de movimilizaciones sociales, documentos de disidencia que produce la clandestinidad o que son apropiados por el propio aparato de poder. Todo suma como materia prima para ponerlos en tensión con discursos formales, como el problema de la pintura o la escultura.


 

El sonido del mundo al caer, exposición que se presenta para celebrar el 25 aniversario del Museo de la Ciudad de Querétaro, contiene esta permanente disonancia entre el violento discurso del poder y su inserción dentro de los medios que exceden la representación que tradicionalmente ofrece el campo artístico, para remarcar que la ausencia es una de las constantes más demoledoras de la realidad en el país.


 

Esta exposición fue posible gracias al apoyo de la familia Maya Montalvo.



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