Entrevista con Anish Kapoor 2016

POR EDGAR ALEJANDRO HERNÁNDEZ

El artista indo-británico Anish Kapoor se siente cómodo en México. Tal vez sea, como él mismo explica, el tipo de clima, ciertas cosas en la comida o el trato con la gente que le resultan familiar en relación a su natal India.

Acompañado siempre de una sonrisa, el escultor responde con toda la elocuencia que le da su voz de tenor y su acento británico a temas relacionados con el mercado del arte, sus esculturas públicas que fueron vandalizadas en Francia, su apoyo a la conservación del Espacio Escultórico, las posibles lecturas políticas de su obra o el trabajo que ha desarrollado con nuevos materiales, como el Vantablack, la sustancia más oscura que se conozca en el mundo.

Kapoor inaugura hoy en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) la exposición Arqueología: Biología, la muestra monográfica más grande que se haya presentado de su trabajo en un museo latinoamericano, con una veintena de obras de mediano y gran formato que prometen atrae a miles de visitantes, fundamentalmente por sus monumentales esculturas de espejo que ya empiezan a circular en redes sociales en forma de selfie.

La primera vez que vi una de sus esculturas de espejo en un museo recuerdo que me impresionó por el efecto óptico que genera, pero cuando hace unos meses vi cinco espejos similares que sólo cambiaban de color en una feria la experiencia fue menos impactante. ¿Cómo afecta el mercado a su obra?

El mercado del arte es muy complicado. En un nivel le permite a artistas como yo hacer lo que hacemos, pero en otro nivel representa al trabajo en una forma muy peculiar. Yo hago piezas de espejos y al mercado le gusta, pero también hago muchas piezas de cera y solo he vendido una y eso acaba de ser muy recientemente. El mercado le gustan cosas y las perfila de alguna manera. En verdad es un tema muy complicado, pero creo que si ves los trabajos hay miles de diferencias y al final cuando terminen estas historias podremos emitir un juicio sobre buenas o menos buenas obras. Tal vez en ese acto de repetición y proceso continuo logra mover los trabajos hacia adelante. Pienso que en mi propio trabajo los espejos de este año y los de hace 5 años son muy diferentes entre ellos. Son preguntas difíciles de resolver y tenemos que vivir con ellas en este extraño mercado del arte contemporáneo con tanto énfasis en el objeto.

¿Que lectura espiritual y política se le puede dar a su obra viniendo de un país del sur como es la India?

Es una especie de cliché pensar que cualquier cosa que viene del sur tiene que ser una manifestación política o un objeto espiritual. Creo que ambas cosas son problemáticas. Yo sí puedo decir que veo el poder del arte como un poder político y también creo que el poder del arte tiene una fuerte energía espiritual. Pero eso al final opera en una cosa privada, sobre todo lo espiritual. Es como si, por ejemplo, digo un día: hoy tengo que ir al estudio a hacer algo bello. ¿Qué significa eso? La belleza esta aquí ahora mismo entre nosotros, así como los derechos civiles, esos que los políticos nos prometen para un futuro, cuando en realidad están presentes en el hoy y el ahora. Entonces, hay una relación entre preguntas estéticas y preguntas políticas, lo mismo que con las preguntas espirituales, pero esas son un poco más problemáticas.

Su trabajo en el espacio público es sin duda lo más reconocido de su obra, pero también ha resultado ser de lo más polémico, como la escultura Dirty Corner que montó el año pasado en Versalles y fue vandalizadas. ¿Cómo enfrentó este tipo de manifestaciones?

En Francia fue una situación muy particular. Ese trabajo en Versalles tal vez fue muy provocativo, pero paso algo muy extraño. La obra se puso en el patio central de Versalles, tal vez de alguna manera exponiéndolo. Sé que todo el proyecto fue controversial, pero solo de una manera pequeña. La intensidad cambio cuando un reportero escribió un articulo y llamó a la escultura la 'vagina de la reina'. Después de eso pasó algo interesante, de una manera muy freudiana al ponerle un nombre sexual el objeto se vuelve algo sexual también, más si refiere al dedo de la mujer. Entonces eso le puso un odio encima ala obra. De alguna forma creo que es un gesto muy francés, porque todos pensamos en Francia como un país muy liberal en todos los sentidos, incluyendo el sexual, pero no lo es y en especial en Versalles.

La primera vez que paso el grafiti decidí quitarlo, pero la segunda ocasión fue algo muy agresivo y antisemita y tomé la decisión de no quitarlo. Lo paradójico es que por esto las autoridades en Versalles me llevaron a la corte y me culparon de ser culpable de exponer material antisemita. Cuando la corte me pidió que quitara el grafiti me negué, porque ya lo sentí como una batalla, entonces le di una respuesta artística y cubrí parcialmente el grafito con hoja de oro, claro por Versalles. Ya no se podía leer pero era obvio que estaba ahí. Entonces me queda la pregunta de qué es la obra cuando se ve con el grafiti y la hoja de oro.

Recientemente circuló la noticia de que había adquirido un material llamado Vantablack, que es el negro más negro que se pueda tener. Incluso se le acusaba de monopolizarlo. ¿Qué tan real es esta información?

Esto también requiere que cuente una historia. Leí una pequeña nota en un periódico sobre una compañía que desarrolló este material muy negro para la industria de la defensa. Material anti espía o material espía según se quiera ver. Encontré el nombre de la compañía y le escribí al tipo que la maneja y le pregunté si lo había pensado como un material visual. Obviamente me contestó que no y entonces decidimos conversar. Hemos estado trabajando por dos años para tratar de hacer el material. Hasta ahora lo hemos hecho en pequeñas piezas. Es un material increíble, recibí un pequeño pedazo del material y lo doble con un mantel y no vez el doblez, se ve como un hoyo. Es una nano estructura muy peculiar, responde a requerimientos muy técnicos. Absorbe 99.8 de toda la luz, se supone que es el material mas negro del universo después del agujero negro.

Hace unos días circuló un video donde usted manifestó su apoyo al Espacio Escultórico contra la afectación visual de un nuevo edificio. ¿Qué le interesó de este espacio?

Me interesó por muchos niveles. De entrada es un muy buen trabajo escultórico. En segundo lugar, todos sabemos que es muy fácil reconocer en términos culturales el valor de algo que es my viejo, pero esta obra es una cosa relativamente nueva, que pertenece a la cultura moderna y tenemos que tener confianza en ella, darle el espacio que necesita. Es importante para este objeto en particular que se respete el horizonte y ese edificio le afecta. Entiendo que es un edificio universitario y que tiene buenos propósitos, pero está en el lugar equivocado. Mi apoyo lo veo como un acto de confianza a lo que significa tener un trabajo relativamente contemporáneo de land art mexicano, que además refiere a toda la cultura mexicana contemporánea.

¿Cuál es su relación con México?

También vengo de una cultura milenaria con profundas raíces, aunque la India no tuvo los mismos efectos del colonialismo como México. Uno puede sentir que hay una larga tradición que es similar en ambos países y me siento identificado. Yo nací seis años después de que la India fuera independiente, cuando la gente se preguntaba qué significaba ser indio y en los subsecuentes anos pareciera que la India tiene muy claro cual es su identidad nacional. Veo las mismas preguntas en México. En otro nivel, el clima es muy similar, la comida de alguna manera también y la actitud de las personas.

Texto publicado el 28 de mayo de 2016 en el periódico Excélsior.