Entrevista con Thomas Hirschhorn 2008. "Me gusta obligar a afrontar una postura"

POR EDGAR ALEJANDRO HERNÁNDEZ

"Yo no hago exposiciones caóticas", sentencia el artista suizo Thomas Hirschhorn, quien presenta en el Museo Tamayo la exposición "Stand-alone", una más de sus complejas y saturadas instalaciones que conectan objetos e información sin ningún tipo de jerarquización, pero que buscan dialogar y confrontar conceptos tan inaprensibles como el amor, la política, la estética o la filosofía.

Reconocido a nivel internacional por su trabajo crítico, político y con una estética precaria, Hirschhorn explica que en la actualidad su mayor reto es seguir trabajando bajo la lógica y las dinámicas que él escogió desde los 80, ya que está consciente de que algunas de las críticas a su obra van en el sentido de que su técnica se ha vuelto repetitiva, además de que sus instalaciones están completamente asimilado por las dinámicas del arte contemporáneo.

"No puedo determinar mi obra por lo que dice la crítica. El hecho de que ahora mucha gente conozca mi trabajo y los materiales que utilizo, no significa que deba de dejar de hacerlo. En todo momento fueron decisiones que yo tomé desde el principio y me interesa seguir comunicando desde esta perspectiva. Además, el mundo del arte no es tan grande, siempre habrá personas que no conozcan mi trabajo y a las que les pueda decir algo".

"Stand-alone" se presentó por primera vez el año pasado en Berlín en la galería Arndt & Partner, ¿cómo cambia a nivel de montaje y de público al momento de traerse al museo Tamayo?

Lo que trato de hacer es no trabajar a manera de espacio específico, pero tampoco ir en contra de la arquitectura. Busco siempre trabajar en conjunto con el espacio existente. En este caso en concreto era importante tener conexión entre cuatro cuartos, ya que cada uno alberga una temática diferente: filosofía, amor, política y estética. A nivel de público, soy un artista que tiene la ambición de llegar al público universal. Mi obra tiene que funcionar para un público alemán, pero también para uno mexicano. Si no lo logro, eso significa que algo anda fallando.

¿Por qué "Stand-alone" desarrolla estas cuatro temáticas?

Los escogí porque quiero que mi trabajo toque siempre estas cuatro fuerzas. Tal vez no siempre en el mismo nivel de importancia, pero estos cuatro temas son la guía de mi trabajo. La instalación la pensé como un apartamento con cuatro chimeneas que están llenas de madera para mantener la flama eterna de cada temática. Este es el concepto de esta exhibición y trato de trabajar con la densidad, con elementos que todo mundo conoce y que todo mundo usa, porque lo más importante para mi es no intimidar a nadie a través de los materiales o generando una distancia con la obra. Me gusta poner muchas cosas en el cuarto para obligar al espectador a afrontar una postura más política hacia la obra.

Su trabajo parte de un concepto del arte como contenedor de ideas que van desarrollando mapas mentales. ¿Por qué busca este tipo de plataformas?

Me gusta la idea de un contener, porque lo puedes trasladar y lo puedes desplegar. De hecho, siempre empiezo por ir eligiendo cada uno de los elementos. La chimenea, la madera, los sillones, las sillas, los muebles destruidos, los textos. Cada objeto lo voy registrando en mi mente y es como un collage que se conectan entre sí, no para darle un sentido, sino para generar un significado distinto.

¿Cuál es el fin de crear obras a partir del caos?

Para mí esta no es una exhibición caótica. Todo está escogido con precisión, puesto en relación a otros objetos a partir de una lógica muy concreta. Lo que creo es que mi trabajo no está diseñado para hacer sentir cómodo al espectador, además de que el caos refleja en muchos sentidos el mundo en el que vivo.

En los 80 su trabajo tuvo el reto de ser asimilado por el mundo del arte, pero ahora que está completamente aceptado ¿cuáles son sus nuevos desafíos?

El reto ahora es seguir trabajando. No puedo determinar mi obra por lo que dice la crítica. El hecho de que ahora mucha gente conozca mi trabajo y los materiales que utilizo, no significa que deba de dejar de hacerlo, porque en todo momento fueron decisiones que yo tomé desde el principio y me interesa seguir comunicando desde esta perspectiva. Además el mundo del arte no es tan grande, siempre habrá personas que no conozcan mi trabajo y a las que les pueda decir algo".

Texto publicado el 4 de marzo de 2008 en el periódico Excélsior.