Mario García Torres es uno de los artistas contemporáneos más importantes de la última década. Edgar Hernández habla con él sobre sus inicios, el impacto de su obra a nivel internacional y la forma única de la que habla sobre México en la misma.Para Mario García Torres (Monclova, 1975) es un orgullo saber que, "a pesar de ser un artista mexicano, o aún siendo un artista mexicano", ha podido producir un cuerpo de obra que se aleja de las narrativas exóticas o vinculadas a la violencia que han marcado a gran parte de la producción nacional que ha circulado fuera del país durante las últimas décadas. Con una obra que utiliza cine, fotografía, proyección de diapositivas, audio y video, así como textos escritos, para apropiarse y poner en crisis o confrontación nociones universales sobre el modernismo y el mundo del arte, García Torres es uno de los artistas mexicanos más globales, pues ha llevado su trabajo a las bienales de Venecia (2007), Sao Paulo (2010), Mercosur (2013) y Berlín (2014); así como a la Trienal de Yokohama (2008) y a Documenta 13 (2012); además del Kunsthalle Zürich (2008), Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid (2010) y el Hammer Museum, de Los Ángeles. En México su obra había tenido una circulación sólo de galería o en muestras colectivas, hasta este año que su trabajo se exhibió en el Museo Jumex y La Tallera, en Cuernavaca. Desde que concluyeron sus estudios de arte en Monterrey y se trasladó a la Ciudad de México para trabajar como curador en el Museo de Arte Carrillo Gil a inicios de 2000, García Torres siempre tuvo claro que su trabajo como artista debía partir de una reflexión que tomara como punto de referencia el texto y que generara un desarrollo intelectual vinculado a la historia y a la teoría. De hecho, en 2004 fue director de la última edición del Foro Internacional de Teoría de Arte Contemporáneo (FITAC) en la Ciudad de México. Recuerdo que la primera vez que te entrevisté fue en 2001, cuando se inauguró en el Museo de Arte Carrillo Gil la exposición "Las molestias son temporales, las mejoras permanentes", cuyo curador eras tú. Empecemos hablando de esa época y de qué tipo de obra producías en esos años. La primera exposición que hice en forma fue "I Also Ask Myself…" en la Galería de Arte Mexicano en 2003. Fue una exposición bastante grande, pero al final no pasó nada. La pieza principal era una cosa que tiene que ver con pensar cómo se podía vincular el trabajo intelectual con la producción de obras de arte. Creé una empresa legalmente constituida que se llamaba Abastecedora de Galerías y Museos y la idea era que mi trabajo fuera escribir y hacer un número de cosas y servicios que permitieran ir generando una serie de ingresos. En esta empresa los coleccionistas no comprarían objetos, sino acciones y se involucrarían trayendo más clientes para que el negocio creciera y generara utilidades para todos. En esa época hice la tipografía de la SEP, que era un texto en vinil y sólo decía cotejado por la Secretaría de Educación Pública. Puse los documentos donde se daba constancia que tenía los derechos de autor, porque como tipografía no estaba registrada, sólo el logotipo de la SEP. Lo interesante para mí era que la propia Secretaría era la que avalaba su registro. También me interesaba que la obra fuera algo que todo mundo pudiera usar. Al hacer la tipografía se generaba un espacio borroso entre lo que es y no arte. Lo de SOMA vino muchos años después. Se los propuse porque la palabra realmente no significa nada, no son siglas de nada, y como se trataba de una escuela de artistas la tipografía remarcaba su carácter educativo. ![]() Constitución de Abastecedora de Galerias y Museos SA de CV 2003. ![]() SEP Unlimited-GAM, 2003. Creo que desde aquellos años y hasta la fecha importa más la reflexión o el proceso intelectual de las piezas que la creación de objetos. Cuéntame qué definió este tipo de producción en tu obra. Si bien vives y trabajas en México, casi desde el principio de tu carrera tu obra se ha exhibido más en el extranjero, ¿por qué crees que ha ocurre esto? Para mi era claro que no iba a participar de eso, porque no estaba haciendo nada folclórico ni de la violencia y me fui a estudiar al Cal Arts con una beca Fulbright. Me fui medianamente decepcionado, porque sentía que no estaba pasando nada con mi trabajo y el irme a estudiar era como darme el último chance y justo fue cuando me invitaron a exhibir en dos muestras colectivas en la galería Jan Mot en Bruselas. Eso fue muy cabrón, porque hasta ese momento no concebía que existía una galería, un grupo de artistas y coleccionistas que les interesaba ese tipo de pensamiento. Ahí me di cuenta que mi obra podía tener un impacto en algún lugar, aunque fuera un lugar muy lejano, y desde entonces me empezaron a invitar a exposiciones. Hasta la fecha sigo exhibiendo afuera más que aquí. Pero en poco tiempo llegaste a las bienales importantes. En 2007 participaste en Venecia y al año siguiente en Yokohama. ¿Qué paso en esos años previos? Pero creo que el momento de más proyección fue cuando exhibí en la White Cube de Londres en 2008. Coincidió con el premio Cartier que me permitió hacer la pieza para Frieze. Esas dos cosas hicieron un momento y ya después vinieron un chingo de cosas y la producción ya era más sólida. En ese momento, con cierto orgullo, pensaba que sin tener nada que ver con Osvaldo Sánchez, Cuauhtémoc Medina o Klaus Biesenbach había la posibilidad de hacer otro tipo de obra, a pesar de ser un artista mexicano, o aún siendo un artista mexicano . Háblame de la obra "Secret between walls (Site with the soundtrack of its recent past)", que presentaste en 2008 en la Trienal de Yokohama. Recuerdo que cuando hablamos de dicha pieza en Japón tenías claro que no podías dejarte llevar por las expectativas previas que tenían los curadores sobre tu trabajo. Uno de tus proyectos más largos y complejos es el trabajo que has hecho sobre el One Hotel en Kabul, Afganistán, que instaló el artista italiano Alighiero Boetti. ¿Por qué te interesó este tema que has trabajado por más de una década? ![]() Alguna Vez La última obra de ese proyecto es la película "Tea", que hiciste para la Documenta 13. La pieza vincula a Afganistán con México a partir del tema de la violencia. Esta obra da pie para hablar de cómo se refleja la realidad mexicana en tu trabajo. ![]() Tea Mario García Torres |
Conversación con Mario García Torres 2016
POR EDGAR ALEJANDRO HERNÁNDEZ